Si
todo marcha según lo planeado, deberías estar bien después de una
perforación y sólo tendrás algunos síntomas pasajeros, incluyendo un
poco de dolor, hinchazón en la zona perforada, y en el caso de las
perforaciones en la lengua, mayor cantidad de saliva. Pero debes tener
en cuenta que en muchos casos, varias cosas, incluyendo lo
siguiente, pueden salir mal:
- infección crónica
- sangrado prolongado o incontrolable
- cicatrices
- hepatitis B y C
- tétanos
- alergias en la piel a causa de la alhaja utilizada
- abscesos o flemones (acumulaciones de pus que se pueden formar debajo de la piel en el lugar de la perforación)
- inflamación o daño a los nervios
Dependiendo de la parte
del cuerpo que haya sido perforada, el tiempo de curación puede ir de
unas pocas semanas a más de un año. Si te realizas una perforación,
asegúrate de tener los cuidados posteriores necesarios: no la aprietes
ni tires de ella, mantén la zona limpia con jabón (no utilices alcohol) y
no la toques sin antes lavarte
las manos. Nunca utilices agua oxigenda (peroxido) porque puede
lesionar los tejidos recién formados. Si te haces una perforación en la
boca, utiliza un enjuague bucal antibacteriano después de comer.
Si
estás pensando en donar sangre, recuerda que algunas organizaciones no
aceptan donaciones de sangre de personas que se hayan
realizado perforaciones o tatuajes en el último año, ya que ambos
procedimientos pueden ser fuente de contagio de enfermedades que se
transmiten por sangre.
Si
tu perforación no se cura correctamente o sientes que algo no está
bien, es importante que alguien te ayude a recibir atención médica. Y lo
más importante: no te realices
tú mismo la perforación ni le pidas a un amigo que lo haga.
Asegúrate de que sea realizada por un profesional en un ambiente limpio y seguro.
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