Las expansiones o dilataciones ya
son muy comunes y cada tanto aparece una que nos sorprende más que todas
a las anteriores. Después de varios años de estar en un segundo plano
en el mundo de las modificaciones corporales, las dilataciones son
actualmente de las prácticas más comunes en los estudios de tatuajes y body piercing.
Existen varias formas de realizar una dilatación, pero hay una
técnica que es muy utilizada y es de las menos agresivas: se introduce
una barra dilatadora y se fuerza la zona lentamente. El límite lo marca
la zona y el nivel de dilatación de la perforación que queramos. De esta
forma se hace más agradable la sensación térmica que genera agrandar la
zona al ejercer presión.
El lóbulo de la oreja es una de las zonas del cuerpo que menos tarda en dilatarse,
sin embargo el cartílago, el ombligo, la nariz, el pezón, la lengua, el
labio y los genitales, demoran más, por la dureza de las zonas así como
por el contraste de presión del tejido.
El cuidado de la expansión es también muy
importante. Una vez que nos hayamos hecho la dilatación lo mejor es
utilizar suero fisiológico para oxigenar la zona, se debe aplicar tres
veces al día y utilizar jabón neutro. Aplicar una crema regeneradora
también puede ayudar al proceso de dilatación.
Lo importante a la hora de hacernos una dilatación es hacerla en un
estudio serio, que siga todas las normas de higiene y que cuente con
profesionales que te brinden los mejores consejos sobre los cuidados de
tu expansión.
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